Ya hace un tiempo me vi vagando por las calles de esta ciudad, buscando encontrar alguna señal que me hiciera pensar... Me senté en un plaza, la cual no recuerdo su nombre, prendi un cigarro y me puse a observar a la gente pasar. Hasta que de repente una pareja de viejitos se sentaron al frente mio y hablaban de sus bailes, y a la cual ultimamente habian asistido con mucho entusiasmo. Después de un rato de conversación entre ellos y habra sido mi sexto cigarro, se pusieron en marcha para ir a bailar, yo con la duda entre mis cejas me decidí a seguirlos, total no habia nada mas interesante que hacer. Ellos caminaron entre la gente y yo los seguía con paso lento, después de media hora de caminata entraron a una casa antigua, esas de maderas con altos techos, y esos aromas muy particulares. Se escuchaba música a lo lejos, una música muy particular, era un tango, era el gran Gardel. Ya adentro del local me di cuenta que era una especie de Club de Tango, una Tangueria con unas cuantas parejas adentro disfrutando del baile, me senté por ahi a escuchar y a mirar durante un rato, hasta que uno de los viejitos se percato de que habia una visitante y me saco a bailar. Fue la mejor invitación a bailar que he tenido por tiempos, y sonaba un tango llamado "Balada Para Un Loco" y al compás de la canción empezó el baile y ahi abrazado a mi pareja, la letra de la canción se internalizaba en mí... Y me daba cuenta como de a poco me sentía identificada con ella...
Y yo sin saber bailar me dejé llevar por el tablado de esos pasos... y solo pedí que ese fuera mi primer y último tango bien bailado...
"...¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Cuando anochezca en tu porteña soledad,
por la ribera de tu sábana vendré
con un poema y un trombón
a desvelarte el corazón.
¡Loco! ¡Loco! ¡Loco!
Como un acróbata demente saltaré,
sobre el abismo de tu escote hasta sentir
que enloquecí tu corazón de libertad...
¡Ya vas a ver!..."